Refugios de Isaur (Sede Principal)
No me extenderé en descripciones al detalle porque, primero, no terminaría ni en siete vidas. Y segundo, porque me parece bien que cada máster pueda cambiar, quitar y poner las salas o los detalles que quiera en el orden que disponga. Con dar una idea general, creo que vale.
La sede principal de Isaur se ha mantenido escondida durante siglos, gracias a que se encuentra allí donde casi ningún hombre podría llegar sin perderse. Se excavó en tiempos de Rai'alhan, aprovechando las cuevas subterráneas naturales que transcurren bajo la ciudad. Antiguamente sólo existía una entrada, que se destruyó durante El Éxodo (tras la traición que casi aniquiló a la Hermandad) y que actualmente ya no existe. Llevaba directamente, a través de una larga y retorcida escalera, hasta una imponente construcción subterránea, en la que la arquitectura natural y la de la mano del hombre se fundían en una serie de cavernas interconectadas, en las que las cascadas y los riachuelos de agua dulce transcurren bajo puentes de madera y arcos de herradura.
La manera de entrar es a través de una cripta en el cementerio (entrada antigua), o bien adentrarse en el laberinto que suponen las alcantarillas, las cuales vinieron como anillo al dedo a la Hermandad. A pesar de que su construcción es relativamente reciente, los asesinos y sus allegados han logrado comunicar los túneles de su guarida con los de las cloacas, custodiados por puertas y códigos especiales que sólo los asesinos saben leer y abrir. Deben ser muy discretos a la hora de entrar y salir, y estar completamente seguros de que no les siguen, y deben respetar la 2ª norma del Credo: si están siendo perseguidos o los niveles de alarma son demasiado altos, no podrán correr allí a esconderse. Tendrán que esperar a que la cosa se calme para poder regresar, asegurándose de que absolutamente nadie más sigue sus pasos. Obviamente esto no significa que los asesinos se queden desamparados si hay problemas, para huir existen las casas francas, que veremos más abajo. La ubicación de un refugio de la Hermandad se considera un secreto sagrado, y compartirlo o airearlo se considera una alta traición a la 3ª norma del Credo.
Para los que saben llegar, el refugio es algo más que un escondite o una base de operaciones: es un hogar. Todos los asesinos que no tienen familia en Isaur o que no constituyen algún puesto influyente fuera de la Hermandad, residen allí. Los Novicios en periodo de adiestramiento están obligados a residir allí hasta su graduación como Al'hattals, y sólo salen fuera con el permiso de su maestro. Los informantes que conocen su ubicación, no se quedan en los refugios de la Hermandad si no es por motivos de necesidad.
La entrada principal da a un largo puente de madera flanqueado por columnas y arcos de medio punto, en medio de una cavidad en la que hay varias cascadas y un río subterráneo. Este puente termina en una escalera de piedra que flanquea la entrada de arcos y figuras de águilas talladas en la piedra. Tras ellas hay un largo pasillo abovedado, con grabados en las paredes, que se va bifurcando hacia ambos lados, comunicando las galerías colindantes que son ahora las diferentes estancias del refugio; y que termina en el Gran Salón, zona comunal destinada a las grandes reuniones y a las misas oficiales de las festividades, ya que se puede reunir un gran número de gente. El Gran Salón es también una zona de tránsito, pues a través de él se accede a la Capilla, lugar de oración completamente dedicado a Elmut, y a la Corte de los Cuatro, donde se reúnen los Haquims con el Sayyid.
A ambos lados del pasillo principal podemos encontrar:
- La armería.
- El polvorín.
- Las cocinas.
- El comedor.
- Los dormitorios (habitaciones comunitarias para los Novicios, y de 2-3 personas para Al'hattals y Rafiqs, separadas por cortinas. Los Haquims y el Sayyid tienen habitaciones individuales. Mujeres a la izquierda, hombres a la derecha).
- Los baños.
- La lavandería.
- La enfermería.
- La biblioteca (decir que aunque no es tan grande como la de Isaur, posee los libros y tomos más raros y codiciados, incluyendo libros prohibidos).
- Las clases.
- Los almacenes.
- Las cámaras del tesoro.
Las cocinas, el polvorín, los baños y la lavandería tienen conexión directa con los desagües de las alcantarillas (ahora no hace falta que saquen la basura...). Tras la capilla hay también una galería, llamada mezarlik, que sólo ha sido excavada en los laterales, creando nichos donde se guardan las urnas con las cenizas de los hermanos fallecidos. También se usa para guardar los alimentos y las bebidas frías (perturbación...).
A pesar de estar bajo tierra, el refugio de la Hermandad no es nada oscuro. Por doquier cuelgan tapices centenarios y viejos estandartes con los símbolos de la Hermandad, se extienden alfombras de gran calidad tapizando los suelos, y humean los sándalos y los inciensos en los quemadores, esparciendo su característico olor por prácticamente todos los rincones. La iluminación principalmente se consigue a base de cantidades ingentes de velas, contadas hogueras y lámparas de aceite. Los techos de las salas principales y las bibliotecas están iluminados, además, por agujeros en el techo que dejan pasar la luz solar a través de un sistema de espejos.
En la estación seca se está fresco en verano, y aunque la temperatura interior es más bien baja, se mantiene constante incluso en invierno gracias a la humedad del agua. El único momento peligroso es la estación de lluvias, donde pude haber riesgos de inundaciones, aunque para eso cuentan con un sistema de presas y desagües que ayudan a achicar el agua en caso de crecidas.
No obstante, lo más llamativo y al mismo tiempo hermoso de la guarida de los asesinos de Isaur, son las leyendas que la rodean. Pues al crearse de las alcantarillas, se re-descubrieron viejos pasadizos, estancias escondidas, y galerías que debieron estar habitadas durante la época de esplendor de la Hermandad, y de la cual sólo quedan huesos, polvo y misterio. El mismo Rai'alhan solía decir que uno podía pasar décadas intentando desentrañar el complejo mundo subterráneo que es la guarida de la Hermandad, y moriría sin haber desentrañados todos sus secretos. Generaciones y generaciones de asesinos han aprendido, crecido y muerto entre las paredes rocosas de esta cofradía, y muchos de ellos han dejado allí escondidos importantes secretos esperando a ser desvelados.
Como ya he mencionado arriba, los asesinos de Isaur no sólo cuentan con el refugio principal para esconderse. Si la guardia está sobre ellos o se sienten amenazados por los niveles de alerta, entonces pueden acudir a las casas francas que se reparten por los diferentes barrios de la ciudad. Yo calculo que hay al menos una en cada barrio, excepto en los barrios del Zoco y el Puerto, donde habrá como mínimo un par porque es más fácil mantenerlas sin levantar sospechas.
Las casas francas tienen por objeto no sólo servir de escondite, también son arsenales y almacenes clandestinos de las mercancías que requiere la Hermandad, además de un lugar de reunión con comerciantes del mercado negro. Aparentemente son negocios prósperos y normales: librerías, tiendas de alfarería, etc. que tienen un almacén o trastienda donde guardar y esconder lo necesario. Normalmente están regentadas por un Rafiq, o por un simpatizante o informante de la Hermandad que presta así sus servicios a la cofradía. Los Rafiqs que regentan casas francas suelen ser a menudo más espías que asesinos, y su especialidad es recabar información. Además puede servir de relevo entre los Haquims y los Al'hattals que están de servicio, ya que suelen tener las águilas de cola roja que traen y reciben mensajes y órdenes del refugio principal. Dado que su rango suele ser mayor, su experiencia sirve de ayuda a los asesinos más novatos, o que han de afrontar misiones en solitario. El refugio permite a estos asesinos el prepararse, coger el equipo necesario, planear su acción y, con el permiso del Rafiq, proceder.
Los ingresos que genere el negocio tapadera en cuestión, son, por supuesto, íntegramente para la Hermandad menos el coste de los recursos necesarios para sacarlo adelante.
Los ingresos que genere el negocio tapadera en cuestión, son, por supuesto, íntegramente para la Hermandad menos el coste de los recursos necesarios para sacarlo adelante.
Refugios de Valmoore
Actualmente, la Hermandad sólo cuenta con un refugio en Ravenport, creado por Altaïr y sus hombres hace 20 años. Los asesinos se esconden debajo del reconocido burdel, llamado La Casa de las Flores, en el Barrio Sur de la ciudad, lo cual explica su buena relación con las prostitutas. La elección de ese lugar es, no obstante, soberanamente estratégica. El propio burdel está situado bajo las calles de Ravenport, aprovechando un viejo bunker que ha sido totalmente reformado y adaptado a las necesidades cortesanas, lo que promete discreción y mejor controo de accesibilidad..
Cuando llegó a la ciudad, Altaïr hizo migas en seguida con Madame Xiao Xiao, y mantiene un acuerdo de conveniencia con las prostitutas desde entonces. La parte más profunda del bunker aún no había sido reformada, y Altaïr logró adaptar esa parte arquitectónica para constituir la nueva base occidental de la Hermandad. Actualmente sólo hay dos formas de acceder: a través de un pasaje secreto que sólo conoce la regente del burdel (por seguridad mantiene a las chicas fuera de sus tratos con los asesinos), camino que no muchos asesinos suelen tomar... a menudo. Y a través de una puerta secreta a la que se accede por los desagües del río, que del mismo modo que en Isaur, sólo pueden abrir los miembros de la Hermandad.
Aunque muchísimo más pequeño que el de Isaur, el refugio de los asesinos de Ravenport se basa en las mismas leyes y costumbres que su referente oriental, y además, está más modernizado. Aunque siguen usando velas y lámparas, poseen electricidad, generadores hidroeléctricos, y sistemas de tuberías y calderas. Los baños tienen también letrinas modernas, y hasta cierto sistemas de calefacción a través de estufas de carbón, ya que en este lugar los inviernos son largos y duros. La decoración tal vez sea más austera, y el diseño arquitectónico no sea el de Isaur. Pero los pocos tapices y quemadores de incienso disponibles logran darle al refugio un aire familiar que recuerda, sin duda alguna, al ancestral hogar de la Hermandad
La disposición es notablemente más sencilla. Las dos entradas dan a dos pasillos que desembocan en el hall principal, único lugar donde da la luz del sol gracias a la abertura que proporciona un viejo pozo abandonado, justo en el centro. El hall hace las veces de gran salón, y comunica directamente con la armería, las cocinas (que hacen las veces de comedor), el estudio, la capilla de Elmut y el pasillo que lleva a las habitaciones, en las que cada uno duerme donde puede (vuelve a haber dos grandes, uno de hombres y otro de mujeres, distribuidos por tiendas como los de Isaur), ya que Altaïr es el único que duerme solo. Desde la cocina se puede bajar a la gran sala que es el almacén, y por el que baja agua de las cloacas, sala que debido a su espacio se suele usar como lugar de entrenamiento al ser el que más espacio ofrece.
El estudio comunica a su vez con el laboratorio, que hace las veces de polvorín, en el que se prueban nuevos inventos y pociones, y en los que se desarrollan brebajes y medicinas.
El pasillo de los dormitorios desemboca también en los baños y las letrinas. Al ser la parte más reformada es la que tiene una arquitectura más isaurí.
El hall posee además un cuarto pasillo que a día de hoy sigue cerrado.
Cuando llegó a la ciudad, Altaïr hizo migas en seguida con Madame Xiao Xiao, y mantiene un acuerdo de conveniencia con las prostitutas desde entonces. La parte más profunda del bunker aún no había sido reformada, y Altaïr logró adaptar esa parte arquitectónica para constituir la nueva base occidental de la Hermandad. Actualmente sólo hay dos formas de acceder: a través de un pasaje secreto que sólo conoce la regente del burdel (por seguridad mantiene a las chicas fuera de sus tratos con los asesinos), camino que no muchos asesinos suelen tomar... a menudo. Y a través de una puerta secreta a la que se accede por los desagües del río, que del mismo modo que en Isaur, sólo pueden abrir los miembros de la Hermandad.
Aunque muchísimo más pequeño que el de Isaur, el refugio de los asesinos de Ravenport se basa en las mismas leyes y costumbres que su referente oriental, y además, está más modernizado. Aunque siguen usando velas y lámparas, poseen electricidad, generadores hidroeléctricos, y sistemas de tuberías y calderas. Los baños tienen también letrinas modernas, y hasta cierto sistemas de calefacción a través de estufas de carbón, ya que en este lugar los inviernos son largos y duros. La decoración tal vez sea más austera, y el diseño arquitectónico no sea el de Isaur. Pero los pocos tapices y quemadores de incienso disponibles logran darle al refugio un aire familiar que recuerda, sin duda alguna, al ancestral hogar de la Hermandad
La disposición es notablemente más sencilla. Las dos entradas dan a dos pasillos que desembocan en el hall principal, único lugar donde da la luz del sol gracias a la abertura que proporciona un viejo pozo abandonado, justo en el centro. El hall hace las veces de gran salón, y comunica directamente con la armería, las cocinas (que hacen las veces de comedor), el estudio, la capilla de Elmut y el pasillo que lleva a las habitaciones, en las que cada uno duerme donde puede (vuelve a haber dos grandes, uno de hombres y otro de mujeres, distribuidos por tiendas como los de Isaur), ya que Altaïr es el único que duerme solo. Desde la cocina se puede bajar a la gran sala que es el almacén, y por el que baja agua de las cloacas, sala que debido a su espacio se suele usar como lugar de entrenamiento al ser el que más espacio ofrece.
El estudio comunica a su vez con el laboratorio, que hace las veces de polvorín, en el que se prueban nuevos inventos y pociones, y en los que se desarrollan brebajes y medicinas.
El pasillo de los dormitorios desemboca también en los baños y las letrinas. Al ser la parte más reformada es la que tiene una arquitectura más isaurí.
El hall posee además un cuarto pasillo que a día de hoy sigue cerrado.
Por el momento, la existencia de la base de los asesinos en Ravenport es un absoluto misterio. Aún así, los asesinos se curan en salud, y disponen también de algunas casas francas en Ravenport, distribuidas por los distintos barrios. Su funcionamiento es igual que el de Isaur: negocios aparentemente inocuos que dan dinero a la Hermandad, y que sirven de escondrijo provisional a los asesinos que estén de servicio. Debido a que no cuentan con demasiados efectivos de momento, los que las regentan son en su mayoría simpatizantes e informantes de la Hermandad.
Refugios de Illyria
La cordillera oeste de las Doblespina acoge entre sus cumbres uno de los emplazamientos a la vez más duros y hermosos de toda Yllyria. Allí, en lo alto, los sacerdotes grabados contrataron a los más exquisitos constructores de la nación para erigir el monasterio más hermoso e imponente jamás construido, en honor al Único. El estilo de construcción illyrio (realmente ostentoso y recargado) alzó su imagen más alto y más esplendorosamente que ningún otro lugar de culto antes. Y tal vez esa fuera su perdición, pues una avalancha derrumbó la imponente y bella estructura, sepultando sus blancas paredes bajo la nieve, y a aquellos que, técnicamente, cometieron uno de los peores pecados de la Orden Grabada: renunciar a la austeridad en pos de la prepotencia y la ostentación; aunque fuera para adorar a su Dios. 200 años más tarde, todo lo que quedan son unas ruinas semisepultadas en la nieve.
Precisamente esa coyuntura es la que ha aprovechado la Hermandad a la hora de elegir la ubicación de su refugio. Jugando en su favor la supuesta "maldición" que el dios grabado impuso sobre el lugar, los asesinos ascendieron allí donde ningún illyrio va ya, pues el camino es intrincado, peligroso, está lleno de bandidos (con los que la Hermandad mantiene cierta tregua), y está algo alejado de la capital. Los inviernos allí son duros, de hecho llegan a quedarse incomunicados durante días, y el acceso no es sencillo. Pero eso mantiene alejados a los curiosos indeseados y ofrece una posición ventajosa contra posibles ataques enemigos. A pesar del sacrificio que supone vivir en las montañas en muchos sentidos, en los casi 100 años que los miembros de Hermandad llevan allí, se han afanado por hacerlo lo más confortable posible y por ir reconstruyendo poco a poco las estructuras caídas y desenterradas por los deshielos. Tal vez el Único no quisiera aquel templo. Pero parece ser evidente que Elmut bendice a los hermanos que han decidido reutilizar las ruinas como base para esconderse.
Por supuesto, las normas del refugio siguen siendo las mismas que en Isaur y Ravenport.
Hasta ahora, los asesinos han logrado reconstruir una armería y un arsenal, que utilizan a modo de salas de entrenamiento en invierno. Entre los pasillos encuentran varias salas de estudio, aunque nada se compara con la biblioteca que lograron desenterrar de entre la nieve y los escombros, y que han llenado tanto con los libros que trajeron, con los que rescataron. La antigua capilla grabada ahora sostiene los estandartes de la hermandad y los símbolos del águila representando a Elmut. La catedral, por su parte, se ha convertido en el centro de reunión y operaciones principal, debido a que es el lugar más grande y espacioso del refugio.
Los Haquims comparten el dormitorio de la torre (el Sayyid duerme en la parte superior del todo); y el resto duermen en los antiguos dormitorios de los monjes, compartiéndolo en parejas o grupos de tres a lo sumo, prohibiendo obviamente a los hombres dormir con las mujeres. No obstante, en invierno todos bajan a dormir a las bodegas, donde están las calderas y es más fácil mantener el calor. Otras estancias han sido convertidas en almacenes.
Las cocinas si han tenido que ser de nuevo construcción, y debido a que originalmente estaban pensadas para un grupo de personas no muy grande, los asesinos comen por turnos según sus rangos, ya que no hay espacio para todos. Aunque está en proceso un proyecto de ampliación del comedor, así como la adición de unos baños. De momento sólo existen las letrinas, y los baños en barreños con agua caldeada al fuego.
No obstante, lo más preciado de este refugio son los exteriores, conformando un jardín de ruinas mortalmente silenciosas y heladores en invierno, pero llenas de vida y abrazadas por la naturaleza en primavera. Las vistas, independientemente de la época del año, son sencillamente arrebatadoras siempre y cuando no haya tormentas. En un edificio a parte, han cerrado el polvorín y el material de artificio y experimentación, para evitar más derrumbes. Su uso está prohibido en invierno, ya que a nadie le apetece correr el riesgo de una nueva avalancha sobre sus cabezas. En los restos de una vieja torre, crían a las águilas que utilizan para su sistema de mensajes. Los asesinos illyrios de hecho son conocidos por ser unos excelentes cetreros.
El mayor problema que presenta esta base de operaciones, es la situación a la hora de viajar. Subir y bajar la montaña es difícil y agotador, sobre todo en invierno. Todas las órdenes y mandatos dependen de la mensajería y tienen que contar con el tiempo que tardan en recibirse y contestarse, y pone demasiada fe en el buen viaje de las águilas a través de las montañas, o de los mensajeros. Por eso a veces los mensajes no llegan, se pierden... o son interceptados. Precisamente por ese motivo los asesinos de Illyria escriben todos sus mensajes codificados de manera especialmente compleja.
No obstante, y a pesar de todas las dificultades que conlleva un escondite en las montañas; la Hermandad cuenta con un reducto tranquilidad al aire libre, no sólo donde esconderse y entrenar, sino también donde meditar y respirar una quietud pacífica que, según los sacerdotes de Elmut, purifica el alma y los pensamientos de los hombres, acercándolos más a Elmut de lo que pueden aproximarse viviendo bajo tierra. Para muchos asesinos de otros países es un honor poder retirarse periódicamente a este refugio para descansar y poner sus pensamientos en orden entre la reconfortante calma que se respira entre los muros semiderruidos.
Debido a la lejanía de la base, pues desde la capital son unos dos días de camino, Illyria es la ciudad con más casas francas de la Hermandad. Tienen múltiples negocios fachada para ofrecer suministros, armamento y refugio a los asesinos que allí operan. De hecho, son tantos allí que se permiten el lujo de marcar discretamente las puertas y entradas de dichos refugios, para que cualquier hermano necesitado pueda encontrarlos con facilidad. También tienen una amplia red de contactos y familias creyentes, que la vuelven sólida y estable. Muchas de las casas francas están regidas por estas familias, más que por los asesinos en sí. De hecho, en Illyria es en el único lugar donde los contactos que deambulan entre la nobleza y la burguesía tienen permitido el asesinato siempre y cuando no se manchen las manos de sangre. Se podría decir que son especialistas en los tejemanejes cortesanos, y en aprovechar, e incluso provocar, las inquinas detrás de cada rincón.
Precisamente esa coyuntura es la que ha aprovechado la Hermandad a la hora de elegir la ubicación de su refugio. Jugando en su favor la supuesta "maldición" que el dios grabado impuso sobre el lugar, los asesinos ascendieron allí donde ningún illyrio va ya, pues el camino es intrincado, peligroso, está lleno de bandidos (con los que la Hermandad mantiene cierta tregua), y está algo alejado de la capital. Los inviernos allí son duros, de hecho llegan a quedarse incomunicados durante días, y el acceso no es sencillo. Pero eso mantiene alejados a los curiosos indeseados y ofrece una posición ventajosa contra posibles ataques enemigos. A pesar del sacrificio que supone vivir en las montañas en muchos sentidos, en los casi 100 años que los miembros de Hermandad llevan allí, se han afanado por hacerlo lo más confortable posible y por ir reconstruyendo poco a poco las estructuras caídas y desenterradas por los deshielos. Tal vez el Único no quisiera aquel templo. Pero parece ser evidente que Elmut bendice a los hermanos que han decidido reutilizar las ruinas como base para esconderse.
Por supuesto, las normas del refugio siguen siendo las mismas que en Isaur y Ravenport.
Hasta ahora, los asesinos han logrado reconstruir una armería y un arsenal, que utilizan a modo de salas de entrenamiento en invierno. Entre los pasillos encuentran varias salas de estudio, aunque nada se compara con la biblioteca que lograron desenterrar de entre la nieve y los escombros, y que han llenado tanto con los libros que trajeron, con los que rescataron. La antigua capilla grabada ahora sostiene los estandartes de la hermandad y los símbolos del águila representando a Elmut. La catedral, por su parte, se ha convertido en el centro de reunión y operaciones principal, debido a que es el lugar más grande y espacioso del refugio.
Los Haquims comparten el dormitorio de la torre (el Sayyid duerme en la parte superior del todo); y el resto duermen en los antiguos dormitorios de los monjes, compartiéndolo en parejas o grupos de tres a lo sumo, prohibiendo obviamente a los hombres dormir con las mujeres. No obstante, en invierno todos bajan a dormir a las bodegas, donde están las calderas y es más fácil mantener el calor. Otras estancias han sido convertidas en almacenes.
Las cocinas si han tenido que ser de nuevo construcción, y debido a que originalmente estaban pensadas para un grupo de personas no muy grande, los asesinos comen por turnos según sus rangos, ya que no hay espacio para todos. Aunque está en proceso un proyecto de ampliación del comedor, así como la adición de unos baños. De momento sólo existen las letrinas, y los baños en barreños con agua caldeada al fuego.
No obstante, lo más preciado de este refugio son los exteriores, conformando un jardín de ruinas mortalmente silenciosas y heladores en invierno, pero llenas de vida y abrazadas por la naturaleza en primavera. Las vistas, independientemente de la época del año, son sencillamente arrebatadoras siempre y cuando no haya tormentas. En un edificio a parte, han cerrado el polvorín y el material de artificio y experimentación, para evitar más derrumbes. Su uso está prohibido en invierno, ya que a nadie le apetece correr el riesgo de una nueva avalancha sobre sus cabezas. En los restos de una vieja torre, crían a las águilas que utilizan para su sistema de mensajes. Los asesinos illyrios de hecho son conocidos por ser unos excelentes cetreros.
El mayor problema que presenta esta base de operaciones, es la situación a la hora de viajar. Subir y bajar la montaña es difícil y agotador, sobre todo en invierno. Todas las órdenes y mandatos dependen de la mensajería y tienen que contar con el tiempo que tardan en recibirse y contestarse, y pone demasiada fe en el buen viaje de las águilas a través de las montañas, o de los mensajeros. Por eso a veces los mensajes no llegan, se pierden... o son interceptados. Precisamente por ese motivo los asesinos de Illyria escriben todos sus mensajes codificados de manera especialmente compleja.
No obstante, y a pesar de todas las dificultades que conlleva un escondite en las montañas; la Hermandad cuenta con un reducto tranquilidad al aire libre, no sólo donde esconderse y entrenar, sino también donde meditar y respirar una quietud pacífica que, según los sacerdotes de Elmut, purifica el alma y los pensamientos de los hombres, acercándolos más a Elmut de lo que pueden aproximarse viviendo bajo tierra. Para muchos asesinos de otros países es un honor poder retirarse periódicamente a este refugio para descansar y poner sus pensamientos en orden entre la reconfortante calma que se respira entre los muros semiderruidos.
Debido a la lejanía de la base, pues desde la capital son unos dos días de camino, Illyria es la ciudad con más casas francas de la Hermandad. Tienen múltiples negocios fachada para ofrecer suministros, armamento y refugio a los asesinos que allí operan. De hecho, son tantos allí que se permiten el lujo de marcar discretamente las puertas y entradas de dichos refugios, para que cualquier hermano necesitado pueda encontrarlos con facilidad. También tienen una amplia red de contactos y familias creyentes, que la vuelven sólida y estable. Muchas de las casas francas están regidas por estas familias, más que por los asesinos en sí. De hecho, en Illyria es en el único lugar donde los contactos que deambulan entre la nobleza y la burguesía tienen permitido el asesinato siempre y cuando no se manchen las manos de sangre. Se podría decir que son especialistas en los tejemanejes cortesanos, y en aprovechar, e incluso provocar, las inquinas detrás de cada rincón.
Refugios de Throvia
La Hermandad no dispone de refugios ni escondites en Throvia, ya que allí detestan y masacran a los asesinos. Debido al constante estado de guerra de esta nación, y a que cualquier asesino que se infiltre en Throvia no suele vivir para contarlo, su influencia allí es casi nula. Ni siquiera cuentan con contactos dentro de su población. En Throvia no se verá ni se perdonará la vida de ningún miembro de la Hermandad.
Otros refugios
Se sabe que la Hermandad tiene un refugio clandestino en la isla pirata de Tiruba. Pero no pasa de ser un pequeño refugio clandestino para cerrar tratos con los piratas y corsarios que intercambian mercancías y armas con los asesinos de Isaur. Más allá del interés comercial y como contacto con los chacales del mar, no tiene demasiado interés estratégico, los asesinos sólo lo visitan unas dos veces al año, turnándose, siempre en las mismas fechas para encontrarse con dichos contactos.
Se sabe que la Hermandad tiene un refugio clandestino en la isla pirata de Tiruba. Pero no pasa de ser un pequeño refugio clandestino para cerrar tratos con los piratas y corsarios que intercambian mercancías y armas con los asesinos de Isaur. Más allá del interés comercial y como contacto con los chacales del mar, no tiene demasiado interés estratégico, los asesinos sólo lo visitan unas dos veces al año, turnándose, siempre en las mismas fechas para encontrarse con dichos contactos.
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